Cantinflas , fuiste mi primer perro, mi primer grifón. Recuerdo perfectamente el dĆa que llegaste medio despeluchadoā¦yo tenĆa apenas 24 aƱos y me salvaste de muchas maneras. Solo estuviste conmigo tres aƱos, aĆŗn me siento culpable, porque quizĆ” podĆa haber hecho mĆ”s para que no te fueras tan tan pronto. Pero esos tres aƱos junto a ti fueron increĆbles a tu lado cuanto amor en un perrito tan pequeƱo. Te sentabas al lado del carrito donde estaba tu correa cada vez que querĆa salir a la calle y allĆ me mirabas esperando a que yo me diera cuenta que querĆas salir. Ahora mismo te estoy llorando Cantinflitas y te guardo en una palmera preciosa que me acompaƱa a todas partes desde entonces. .Me quedĆ© destruida .

Justo un mes despuĆ©s, una amiga me dijo que habĆa una camada de cachorros de un hermano tuyo en Madrid y fui a verles . Eran dos cachorros, Visby y Verdy. Entonces uno de ellos vino hacia mĆ, se sentó justo delante de mis pies, me miró y dije, me lo llevo a mi casa ahora mismo. Verdy eras tĆŗ. Esos ojitos aceitunas me miraron y me elegiste. Ahora te tocaba a ti salvarme y lo hiciste durante 13 aƱos. Mi perro. CuĆ”nto te quiero Verdy. Cuanto amor me diste. Siempre pegado a mi. No importaba donde fuera o si tĆŗ estabas profundamente frito, allĆ que me seguĆas.
Cuando salĆa de casa allĆ me esperabas horas detrĆ”s de la puerta. Como te gustaba comer Verdyto. Ay Dios, aquel dĆa que te metiste en el saco del pienso de Travis⦠contigo hubieron unas cuantas de estas⦠Cuanto amor, y cuanto dolor cuando te tuve que dormir.

Y tĆŗ Travis, que la primera vez que te vi, tan grandeā ( dormir la mitad de lo que llegaste a ser eras muy jovencito) salieron a relucir los traumas y miedos por varias malas experiencias perrunas⦠pero tĆŗ me curaste de aquello y de muchas otras cosas. Acabamos durmiendo todos juntos y yo dĆ”ndote besitos en la cabecita. No he conocido perro mĆ”s noble y bueno que tĆŗ. Con esa mirada humana que tenĆas. Con todo lo que imponĆas con ese porte y esa musculatura, y
luego jugabas cómo un bebe con tus muƱecos. Cuando tu pelo comenzó a ponerse blanco, sentĆa aĆŗn mĆ”s ternura. ĀæCómo me cambiaste el cuento eh Travis? ĀæY lo que tuviste que aguantar a los grifones? Jajajaj Me rĆo entre lĆ”grimas porque recuerdo lo paciente y noble que eras. Que dolor cuando tuvimos que dormirte. Cuanto te quise mi perrito grande. Espero que Verdy no te estĆ© molestando mucho mĆ”s allĆ” del arcoĆris.
