Fran Perea músico, actor, productor y amante de los animales. ¿Qué más quieres, alma de cántaro?
Lo conociste cantando bajo el sol abrasador, lo viste en series que marcaron época, y ahora te saca discos que te golpean directo en la memoria emocional. Fran Perea ha madurado como el buen vino y viene a recordarnos que la música (y la vida) van más allá del algoritmo.
¿Cómo es Fran Perea de verdad?
Pues no esperes excentricidades de estrella trasnochada. El tío es normal. Sí, normal. Le gusta cocinar, estar con los suyos, leer y hacer deporte. Es de los que disfrutan el teatro por placer y no por postureo. Lo suyo no es el “mírame y no me toques”, es más bien: “déjame vivir, que tengo que componer”.
¿Y cuándo le dio por la música?
Él prefiere que le llames músico, no cantante. Porque se curra las letras, las melodías y lo que haga falta. Desde adolescente rasguea la guitarra y viene de familia con flow, de ahí viene su faceta de músico.
Hablemos de “Bala Perdida”, su penúltimo temazo.
Ojito aquí. Fran le canta a su padre con una canción que, aunque hable de pérdida, suena luminosa. Porque de eso va vivir: de levantarse, aunque duela. No es una balada moñas. Es una lección de cómo se transforma el duelo en belleza. Felicidades Fran por crear un temazo con alma.
¿Anécdotas grabando el videoclip?
En la grabación, aparecen muchos amigos, personas de mi equipo y conocidas, así que fue muy emocionante hacer esto en familia. Hasta Patricia Imaz de Cadena Dial se apuntó al sarao. Pero claro, intentar cantar mientras alguien te entrevista no salió muy bien. Risas, parones y “corten” tras “corten”. Pero lo resolvieron como se hacen las cosas buenas: a base de repetir hasta que sale.
Y su último Temazo es «Tras La Puerta»
No es solo el nuevo single de Fran Perea, es el primer asalto de lo que se viene con El hombre invisible, su próximo disco. Y ojo, porque si el resto suena con la misma honestidad, vamos a tener un álbum que corta más que un recuerdo mal curado. En esta canción, Fran le da la voz —por fin adulta— a Marcos, aquel personaje que marcó a una generación en Los Serrano. Pero aquí no hay nostalgia prefabricada ni guitarrita pop de manual. Hay experiencia, hay heridas, hay una mirada que ya no busca gustar, sino decir. Le canta a la chica de la habitación de al lado, sí, pero no desde el pasillo del insti, sino desde la habitación de un tipo que ha vivido, que ha perdido y que ha aprendido a mirar con los ojos abiertos.
¿Y si tuviera que elegir entre ser actor o músico?
Pues no, no te va a contestar. ¿Tú puedes elegir entre respirar o dormir? Pues eso. Aunque se pasó años sin sacar música, la pasión por compartir canciones volvió fuerte. Y ahora produce a otros desde su sello con Víctor Elías. Se ha convertido en un padrino musical con criterio. Y eso vale oro.
¿Lo veremos en teatro?
Pues la respuesta es fácil: ¡Ya lo puedes ver! Está en «El Efecto», una obra que pone el amor bajo el microscopio. Con un reparto brutal (Alicia Borrachero, Elena Rivera e Itzan) y una dirección de nivel con Juan Carlos Fisher a partir de un tecto de Lucy Prebble (creadora de la serie Succesion). Fran se mete en fregados que dan qué pensar. Porque este hombre, además de cantar bonito, tiene fondo.
Y los animales, Fran… ¿qué?
Pues que los adora. Creció rodeado de perros y gatos, y eso se nota. Ahora vive con dos gatas que son “las niñas de sus ojos”. Tiene sensibilidad, y eso también se canta. Ya le tocará sacar un tema con maullidos de fondo. Lo esperamos.
Fran Perea no ha venido a jugar. Ha venido a contar, cantar y acompañar. Y eso, colegas, es lo que necesitamos más que otra playlist de plástico.
PUNTUACIÓN: El Notas del Ruido:
Entrevista a Fran Perea: 9/10
Lo mejor:
- Fran es real, no posturea.
- Se nota que siente lo que canta (y lo que dice).
- “Bala Perdida” es un tema que pega fuerte sin necesidad de dramatismo barato.
- «Tras las Puerta» El sonido es sobrio, elegante, casi confesional. Nada de estridencias: solo verdad envuelta en buena producción. Y eso, para una industria saturada de brillos huecos, es oro puro.
- Su amor por los animales, otro punto extra.
Lo peor:
- Que no se clone y haya más como él.
- Que no se nos quede solo en teatro o producción… ¡Queremos disco nuevo ya!
