Hachiko fue un perro de raza Akita Inu nacido en Japón en 1923 que se convirtió en un verdadero símbolo de fidelidad y amor incondicional. Su historia ha conmovido a generaciones enteras y trascendido fronteras.

Vivía en Tokio junto a su dueño, quien trabajaba en la Universidad de Tokio. Cada mañana, Hachiko acompañaba al profesor hasta la estación de tren de Shibuya y por la tarde regresaba puntual para recibirlo. En 1925, los planes de Hachiko cambiaron, pues si amado humano se fue al cielo repentinamente. Lo más conmovedor fue que, desde ese día y durante casi diez años, Hachiko continuó yendo cada tarde a la estación de Shibuya, esperando fielmente a su amo, sin saber que jamás volvería. Los trabajadores del lugar y los pasajeros habituales empezaron a notar su constancia y comenzaron a cuidarlo, admirando su increíble lealtad.
Hachiko murió en 1935, en el mismo lugar donde había esperado incansablemente En la estación de Shibuya, se erigió una estatua en su honor, que aún hoy es un lugar emblemático y símbolo de fidelidad en Japón.

Hachiko no fue solo un perro; fue una leyenda viviente que demostró que el amor y la lealtad no tienen límites, ni siquiera la muerte.
«Gracias Hachiko, sin duda eres la leyenda más bonita que he conocido»