Lo confieso: últimamente escucho canciones con el mismo entusiasmo con el que leo los ingredientes de un champú. O sea, ninguno. ¿Y sabéis por qué? Porque nos están colando música como quien te mete anuncios entre vídeos de gatitos. Música de usar y tirar. Pum. Siguiente.
¿Dónde están las canciones que te dejaban tonto durante días? ¿Esos temas que te hacían mirar al horizonte como si estuvieras en un videoclip con presupuesto? Pues parece que se los llevó el viento… y los reemplazaron con refritos de reguetón genérico, bases recicladas y letras que parecen escritas con el predictor de texto.
El algoritmo, ese DJ sin alma
No lo digo yo, lo dice mi lista de reproducción: todas las canciones suenan igual. Mismo ritmo, mismos efectos, mismo autotune. Es como si las hiciera una sola persona, una especie de Frankenstein musical al que sólo le importa que suene pegajoso durante 15 segundos para que funcione en TikTok. El drama es real.
Canciones fast food
Antes un disco era una obra. Ahora es una excusa para meter temas que duran lo mismo que un bostezo. ¡Si hay canciones de minuto y medio! Eso no es una canción, es un boceto con ritmo. Estamos en la era del “beat catchy + frase pegajosa + portada random”. Y cuidado, que si no la subes con coreografía, no existes.
Los artistas: ¿culpables o víctimas?
Aquí no se salva nadie. Muchos artistas nuevos ya no piensan en hacer música, sino en hacer contenido. Y claro, si el objetivo es sonar como lo que ya está de moda, la creatividad se va a llorar a una esquina. Pero también hay que decirlo: es difícil hacer arte cuando el mercado te trata como si fueras una story de Instagram. Expiras en 24 horas.

No todo está perdido. Aún hay música que vale la pena. Solo hay que escarbar entre tanta morralla sonora. Y mientras tanto, aquí estaré yo, El Notas del Ruido, dando guerra, diciendo las verdades y recordando que la música no se hizo para el scroll infinito. Se hizo para escucharse con ganas, con tiempo y, si se puede, con una birra en la mano.
Si seguimos tragando canciones desechables, pronto vamos a necesitar un contenedor especial solo para hits biodegradables.
