¿Y si te dijéramos que existe un perrete con sabiduría de abuelo, energía de cachorro y corazón de oro? Pues se llama Kafka, tiene unos 11 años y lo han devuelto después de 5 años adoptado. Sí, como si fuera un jersey que no combina. ¡Malditos!

Pero Kafka no se rinde. Aunque la vida le haya dado una buena sacudida, él sigue moviendo el rabo con esperanza y esa mirada que grita: «yo aún tengo mucho amor por dar».
Vive en una residencia mientras espera un hogar de verdad. Tiene leishmania, sí, pero está controlada y no le impide hacer vida normal. Vamos, que te da más guerra (de la buena) que muchos jovenzuelos. Es tranquilo, pero cuando hay paseos o mimos, ¡se transforma en un fiestero de 4 patas!

Kafka merece una familia que no lo devuelva, sino que lo valore como el regalazo que es.
Porque los mayores también sueñan… y este tiene pendiente su final feliz.
Adóptalo a través de la Protectora Cantileros y prepárate para enamorarte.
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